Por este tiempo agitábase en Sevilla, con marcada insistencia, así en lo civil como en lo eclesiástico, el deseo de fundar una universidad literaria que respondiese a la cultura moral y prosperidad material que a la sazón gozaba la capital de Andalucía, bajo el gobierno de D. Fernando y Doña Isabel.
Acariciaban este proyecto de un lado el Arcediano D. Rodrigo Santaella, y del otro el Cabildo de la ciudad. Aprovechando este último la estancia de los Reyes, ilustrados protectores de las letras y patrocinadores del arte tipográfico en España, solicitaron y obtuvieron de SS.AA. la cédula autorizando la fundación en Sevilla de una Universidad de Letras.
«…E Nos por hacer bien e merced, tuvímoslo por bien; e por la presente os damos licencia e facultad para que podáis hacer e hagáis el dicho Estudio general, en que aya las cátedras que a vos pareciere, en que se lean e puedan leerse las dichas facultades. Y es nuestra merced y mandamos que todos los Maestros, Doctores, Licenciados y Bachilleres que se graduen en dicho estudio, gocen e les sean guardadas todas las honras y franquezas de que según las leyes de nuestros reinos pueden e deben gozar los que se han graduado e gradúan en los otros Estudios generales de nuestros reinos….
… de lo cual vos mandamos dar esta nuestra Carta firmada de nuestros nombres, sellada con nuestro sello, fecha en la muy noble ciudad de Sevilla, a veinte y dos días del mes de Febrero, año del Nacimiento de N.S.J. de 1502. Yo EL REY.YO LA REINA. »