Declarada la peste, el cabildo de la Ciudad acudió en cuanto pudo al remedio, y entre otras providencias tomó la de dar cuenta del suceso al Rey, que dió 50.000 ducados de la real Hacienda y dispuso se formase inmediatamente una junta llamada de la Salud, que en unión con otra nombrada por la Ciudad, abrieron 18 grandes salas en …
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