Antes de empezar, cerremos los ojos y busquemos a personajes de otra época, aunque parezca que ya no están de moda.
Antes de empezar, apaguemos las luces de nuestros problemas e imaginemos que otro viaje sí es posible. Ese viaje conmovedor por las gentes, las cosas de nuestras tierras, las aventuras por entre nuestras calles, hace algunos cientos de años ya.
Aquellos personajes, tan cercanos a nuestra historia, entre relatos novelescos y hazañas descubridoras, globalizadoras, vitalizantes, y envueltas entre los datos más ciertos y rigurosos datos.
Y sintámonos así, ahora, cómodos viajeros entre la Historia, la literatura, el arte, la pintura, los comerciantes de la época, las formas y los materiales.
Así, lo vivimos desde aquí, desde esta Fundación Puerta de America y desde Sol TV, encaramados a esta “cúpula orgánica”, de tantas gentes con ganas de conocer, de amar y de defender a su tierra y a sus cosas, gentes como somos afilladas, prudentes, amigables, independientes, y sin domesticar, encaramados a nuestras cosas entre críticas y parabienes en este Palacio del Universo que es Cadiz, Jerez, Sanlucar, Rota, Trebujena y Chipiona
Ahora nos queda el moldeado con las manos, de todo lo que nos viene por hacer, a la búsqueda de supuestos mares emergentes y olas tempestuosas. En el afán de provocar otras perspectivas en el observador, en el ciudadano, en usted, en nosotros mismos No es nuevo, otros muchos clásicos, griegos, romanos, renancentistas, provocaban el entendimiento de estas líneas de fuga según los feligreses se situasen a un lado u otro del presbiterio.
Además, siempre hay que reverenciar al innovador, al empresario, al escritor, al historiador, siempre habremos de reverenciarlo en su talento, en su osadía y en su riesgo, y buscando parámetros cada vez distintos, porque van provocando la curiosidad y, por qué no, hasta el escándalo acompasado a la mirada del visitante o espectador.
Ojalá que el arte, la historia, la literatura, la cultura, sigan significando riesgo, inconformismo e innovación, independientemente de la cotización de las obras, independientemente del precio de los libros o de la fama de sus autores, porque así nos estaremos acercando cada vez un poquito más a la esencia del ser humano, y a disfrutar con la belleza por el solo hecho de contemplarla.